-Ya lo sé, mi madre me cantaba la canción. Pero me llamo así –me dijo con una calidez que desbordaba la sonrisa de sus ojos.
“Una chica, chica, chica bum del calibre ciento ochenta y seis...”
Mi fisio me llamó y me preparé para el masaje.
“Margarita el pañuelo sacó cuando el tren hizo pi chacachá y una lágrima rodó, rodó…”
La memoria, mala leche y pesadez de mi radio interior, quisiera o no, daban color a mi vida y ahí estaba yo sonriendo como una idiota porque la canción de Margarita no me dejaba en paz… “Y una lágrima rodó, rodó, rodó por su rostro angelical. No llores más por mí le dije yo…”
Menos mal que era miércoles...
En los diez años después encontraras personajes nuevos, Con la ayuda a domicilio hemos topado, terapia, sueños y mucho más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario